jueves, 25 de abril de 2013

60) LA NOSTALGIA

                             
                                                   LA  NOSTALGIA





Camino tranquila por una estación de tren...últimamente estoy cogiendo muchos entres en mi vida.
Así que me paseo hasta que mi vista se para en una fotografía del McDonald's: la cajita del menú para niños, el Happy Meal...y un sinfín de recuerdos se despiertan. Estaban muertos?. No, estaban anestesiados, esperando que algo los despertara porque se sentían prisioneros en el olvido.
El baúl cerrado a cal y canto se abre...y de ahí salen, como recién nacidos, esos recuerdos disparados.
Uno detrás de otro, resplandecientes...esa cola para buscar esa hamburguesa con juguete incluido, la sorpresa de mi hija abriendo esa cajita de cartón, sus rizos rubios enmarcando su cara y cayendo por la frente, sus ojos como platos. Nosotros observándola, mirándonos, riendo.
El pequeño sigue a su hermana, abre sus tesoros y juega con ellos mientras el ketchup baja por su barbilla.
Más risas, y más recuerdos que fluyen sin prisa y sin pausa.
Y por arte de magia el pasado se convierte en presente, o yo tengo la capacidad de trasladarme al pasado, porque se convierten en uno.
Todo fluía, todo era fácil, como si el día a día transcurriera por un raíl sin piedras que hicieran imposible descarriar nuestra vida. Hermosa, llena de luz y alegrías. Sin dolor.
Así que me paseo un rato, mientras mi corazón se encoje porque sabe que es una fantasía, por esos parajes que reconozco como si estuviera en ellos. 
Como si el tiempo no hubiera pasado, como si ÉL estuviera aquí, como si mis adorados niños no hubieran crecido.
Alimentos esos recuerdos, y con ellos me nutro a mi misma, me crezco, me siento afortunada.
Río por dentro como una loca con ellos, con sus juegos, sus palabras y sus miradas. Me empapo de nuevo de su amor.
¿Quién dijo que era mala la nostalgia?.
Tampoco importa si con ella te visita la tristeza y te pellizca para que vuelvas a la realidad y te des cuenta en un segundo fugaz que de aquello ya no queda nada.
Pero queda mucho...
La esencia, esos recuerdos que te dan vida, el aprendizaje de lo vivido, esos tesoros que también llevamos en nuestra mochila emocional y que te recuerdan que eres una persona privilegiada por tenerlos, que tu historia es hermosa, que la vida es tan frágil como un cristal de bohemia y que puede romperse en tan solo un segundo.
Y que cada día debes vivirlo como si fuera el último.
De nuevo viajo en el túnel del tiempo y a la velocidad de la luz llego al ahora. Miro a mi alrededor, a mis hijos que ya son adultos, a un vacío que ha quedado, me miro a mi misma y me doy cuenta que todo lo que se muestra es porque hubo ese pasado, porque tuvimos que transitar ese proceso, porque caminamos por ese camino.
Somos el producto de todo eso. Somos lo que somos ahora porque un buen día iniciamos un camino que sigue...
La nostalgia llega cuando menos lo esperamos, a mi, con un anuncio del McDonald´s en una estación de tren, puede que a ti, con una canción, o un paisaje, un olor o una fotografía...pero cuando te llegue, no huyas de ella, deja que te invada por unos minutos para darte cuenta de lo que fue y lo que es todo.
La nostalgia siempre es buena, si sabes vivirla así...aunque te inunde los ojos y te encoja el corazón...