miércoles, 22 de octubre de 2014

UN NUEVO VIAJE: NEPAL






Tulku Lama Lobsan




Muchas veces me pregunto que me impulsa, de repente, a cruzar medio mundo, parar el mio propio y subirme a varios aviones para aterrizar en otro. Desconocido, ardiente en mi fantasía, lejos y cerca a un tiempo. Veo en internet, porque para eso está el Sr. Google el color de sus montañas y de sus aguas, casi el olor de sus calles, el sentir de sus gentes.
A veces me pregunto que interruptor hay en mi que se enciende de golpe para cerrar puertas y abrir otras nuevas, para cumplir sueños en lugar de pensarlos como hace la mayoría de los mortales.
Ocurre así, sin más, un buen día necesito respirar otro aire, huir del asfalto y nadar en otras emociones. Abandonar mis rutinas y descubrir que existen otras vidas ajenas, otras formas de vivirlas y  sentirlas.
Y ocurre que en ese afán de seguir descubriendo otras intensidades, me atrevo a coger una mochila, cada vez más ligera, para perderme y encontrarme, con la idea que de nuevo, en esta aventura, tendré una nueva historia que contar, un nuevo libro que escribir, que andar, que sentir...
No me basta la teoría, no me bastan las experiencias ajenas, no me bastan las frases escritas por otros, no me bastan las imágenes captadas por otra retina.
Quiero capturarlas, necesito vivirlas como si fuera la primera aventura que corro. Y me subo a una nube para volar en otro cielo.
O quizás sea la solidaridad, esa energía impalpable que une a los seres humanos y que hasta que no la empiezas a sentir no la puedes reconocer ni etiquetar.
De repente te das cuenta que corre por tus venas, que se mueve a una velocidad inusitada por tu sangre y que se concentra en el corazón acelerándose y haciendo que palpiten tus sienes.
La razón de mi existencia aún a riesgo de que nadie entienda que necesite atravesar medio mundo.
Y esta vez ha tocado Nepal, me perderé en un orfanato de Pokhara, más tarde en una Ong del sur de Katmandú muy pobre. Y a pesar de que no hablo nepali y que tendrán que traducir mi español a inglés (porque tampoco lo hablo) y del inglés a su idioma, se que mi sentir les llegará, que podré aportar un diminuto grano de arena al gran y maravilloso desierto que tendré ante mi.
Estaré unos días en un Monasterio Budista conviviendo con los monjes, con el privilegio de estar con ellos en sus pujas, oraciones y comidas.
Me llevo mis títeres de dedo para contar cuentos a los niños y que ya han viajado conmigo, India, Filipinas, México, Ecuador...
Intentaré entrar en Tibet, intentaré ver a uno de mis maestros, Tulku Lama Lobsan, al que no veo desde hace tres años, meterme en una cremación, ayudar a morir...intentaré, intentaré, intentaré. No!, que narices!, lo haré, lo haré y lo haré!.
Querer es poder, dice el refrán y cuando dejas de tener miedo, cuando dejas de estar paralizado por él, entonces, puedes. No lo olvidemos nunca!.
Me marcho de nuevo, vuelvo a finales de noviembre.
Y prometo, si la tecnología lo permite, contaros algo.
Sed felices mientras me pierdo en otras realidades.
Mientras mi nuevo libro está a punto de nacer, yo...ya estoy pensando en el próximo.
Hasta la vuelta!
ARA