lunes, 30 de marzo de 2015

TU ABRAZO



                                                       TU ABRAZO



Se amolda a mi cuerpo como un guante sin necesidad de estar horas en el probador mirándome en el espejo.
Me gusto con él sin mirarme.
Es como si durante siglos hubiera estado esperándolo porque sabía que cuando lo encontrara estaría hecho a mi medida.
No hay que cogerle el bajo, ni hacer dobladillos. Ni hacerle ojales porque no necesita botones para que no se caiga.
Es el mejor traje, exquisito si se confecciona con amor. 
Único e insustituible, por nada ni por nadie.
El mejor regalo porque nunca pasará de moda y porque es perfecto para cualquier momento, de día, de noche, de madrugada y para cualquier estación del año.
Me lo pones y me siento como en casa, serena y tranquila.
Huelo su tela hecha de segundos y momentos, de un presente que se muestra sin premura,  de sorpresa, con algunas dosis de incredulidad, quizás de miedo, de suspiros lanzados al aire mientras abres los brazos para confeccionarlo.
Convencida que cuando tenga frío su tela me dará calor, cuando me asfixie, su textura me dará aire. Cuando me caiga, su calidez me acogerá de nuevo y me ayudará a levantarme.
Jamás pensé que existiera un traje tan perfecto, que mi cuerpo se sintiera tan a gusto y feliz dentro de él.
Lo mejor de lo mejor, tu abrazo